Atakebune

Japón realizó un gran emprendimiento construyendo navíos entre mediados y fines del siglo XVI, durante el período Sengoku, cuando los gobernantes feudales buscaban su supremacía construyendo inmensas armadas costeras compuestas por cientos de barcos.En esa época, el daimyō japonés Oda Nobunaga había construido, según el diario del Abad de Tamon-I, seis atakebune recubiertos con hierro (大安宅船) en 1578.[1]​ Sin embargo, no se menciona ningún recubrimiento con hierro en los relatos del misionero jesuita Luís Fróis, quien también vio y describió estos barcos.Estos barcos, los mejores de los atakebune, operaron prácticamente en contraste con las técnicas navales japonesas de la época, donde un combate naval era visto como una batalla entre las tripulaciones de los navíos más que entre los barcos mismos (lo cual contribuyó a la táctica japonesa primaria que consistía en aproximarse y abordar a los barcos enemigos, ya que las tripulaciones japonesas destacaban en el combate cuerpo a cuerpo).Para propulsarse utilizaban remos, ya que sus revestimientos de hierro, si existieron, seguramente impedirían su propulsión por vela.
Un atakebune japonés del siglo XVI