Perez hizo su debut televisivo en 1989 en la telenovela Kananga do Japão, emitida por la extinta estación de televisión Rede Manchete.
Debido a la fama de su personaje, Perez obtuvo un destacado papel en la trama y fue llamada al poco tiempo por el director Dennis Carvalho para actuar en la telenovela O Dono do Mundo, donde la joven interpretó a Yara, hermana de la protagonista, personaje interpretado por la actriz Glória Pires.
En las últimas horas de la tarde, Guilherme abandonó los estudios Tycoon, en Barra da Tijuca, donde se grababa la telenovela.
Equipado con una sábana y una almohada, el matrimonio salió del edificio en un Volkswagen Santana propiedad del padre de ella rumbo a los estudios Tycoon, donde Daniella aún se encontraba grabando.
Tras llegar a su destino, Paula permaneció en el interior del vehículo, tumbada en el asiento trasero y cubierta con la sábana, mientras que su esposo entró en las instalaciones para terminar de filmar sus escenas.
El abogado Hugo da Silveira, quien pasaba por la zona al momento del crimen, encontró extraña la presencia de dos automóviles en un área desierta y, creyendo que se podría estar produciendo un asalto, anotó una de las matrículas.
A la comisaría se desplazaron la madre, uno de los hermanos y el esposo de Daniella, donde se encontraron posteriormente con Guilherme, quien había acudido por voluntad propia tras darse a conocer públicamente lo ocurrido.
No obstante, durante el juicio Guilherme cambió su versión inicial y culpó a Paula del crimen.
Cuando la actriz tuvo conocimiento del embarazo de Paula, quiso poner fin a su relación con Guilherme, llevándola el actor hasta una zona desierta para hablar con ella y dejando que su esposa los escuchase desde el coche.
Así mismo, las perforaciones halladas en la blusa de punto que Daniella llevaba puesta cuando murió mostraron que el arma no penetró rasgando, como haría una tijera, sino cortando, como sí haría la hoja de un cuchillo.
Otra evidencia en contra del uso de unas tijeras es el hecho de que al apuñalar a alguien con ellas estando abiertas innevitablemente quien las sujeta en ese momento se provoca lesiones a sí mismo, ya que tendría que agarrar las tijeras por el filo para poder apuñalar con ellas, y ni Guilherme ni Paula presentaban heridas en las manos.
En realidad, las tijeras fueron una invención del matrimonio para eludir la acusación de premeditación.
Al parecer, las tijeras eran empleadas para abrir envases de leche; según esta versión, Paula solía beber leche a menudo, incluso dentro del coche, por lo que necesitaba tener siempre unas tijeras a mano.
En principio el actor negó la autoría del crimen, aunque terminaría confesando ese mismo día tras verse acorralado por las pruebas en su contra.
En una conversación con las autoridades, Paula confesó su participación en el asesinato, aunque durante su testimonio negó estar involucrada.