Los soldados irlandeses, escasamente equipados, resistieron los asaltos katangueses durante seis días en Jadotville (hoy en día, Likasi), aunque éstos eran mucho más numerosos.
Este episodio marcó la primera batalla del ejército irlandés contra el de otro país desde su creación.
Se usó uranio de esta mina para construir las bombas arrojadas en Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Una fuerza de socorro constituida por cascos azules suecos e irlandeses, no llegó para liberarlos del sitio.
Sin comunicaciones adecuadas con su comando superior en Elisabethville (actual Lubumbashi), y ante lo insostenible de la situación, el comandante Quinlan se rindió a los atacantes.
El mismo comandante Quinlan, quien terminó su carrera como coronel, falleció en 1997 sin ningún reconocimiento.