Asaf (obispo)

En una ocasión, después de haber sufrido muy gravemente bajo estas dificultades, envió al niño, Asaf, quien lo estaba atendiendo, a traer leña ardiente para calentarlo.Asaf, en cambio, le trajo carbones vivos en su delantal, y el milagro reveló a Kentigern la santidad de su discípulo.Hay calles en Brockley, sudeste de Londres, en Christchurch, Nueva Zelanda, en Bala Cynwyd, Pensilvania y en Alexandria, Virginia, nombradas en su honor.Una canción utilizada con la paráfrasis escocesa "Qué brillantes brillan estos espíritus gloriosos" se llama San Asaf.Se publicó por primera vez en 1825 en una colección del músico de Edimburgo Robert Archibald Smith, y lo atribuyó a Giovanni Marie Giornovichi (1745–1804).