Arte posmoderno

El arte posmoderno, por oposición al denominado arte moderno, es el arte propio de la posmodernidad, teoría sociocultural que postula la actual vigencia de un periodo histórico que habría superado el proyecto moderno, es decir, la raíz cultural, política y económica propia de la Edad Contemporánea, marcada en lo cultural por la Ilustración, en lo político por la Revolución francesa y en lo económico por la Revolución Industrial.

Actualmente existe mucha controversia sobre si efectivamente el proyecto moderno está superado o no; ciertamente existe poca perspectiva histórica para poder establecer una ruptura con el periodo anterior e iniciar una nueva era; tan solo la distancia en el tiempo y un más profundo análisis podrán establecerlo.

Frente a las propuestas del arte de vanguardia, los posmodernos no plantean nuevas ideas, ni éticas ni estéticas; tan solo reinterpretan la realidad que les envuelve, mediante la repetición de imágenes anteriores, que pierden así su sentido.

El tiempo dirá cuál de las dos posturas es la correcta, si presenciamos un nuevo periodo histórico o una fase más del que actualmente vivimos.

No todo el arte etiquetado como arte contemporáneo es posmoderno, y el término más amplio engloba tanto a artistas que siguen trabajando en las tradiciones modernista y modernismo tardío, como a artistas que rechazan el posmodernismo por otras razones.

Otros exponentes de la arquitectura postmoderna fueron James Stirling, Robert Venturi, Aldo Rossi, Arata Isozaki, Ricard Bofill, Òscar Tusquets, etc.

Hacia 1980 el arte posmoderno pasó a reflejarse en otras formas artísticas, como la pintura, la escultura, el videoarte, el cómic, el diseño, etc.

Los pintores posmodernos tomaron conciencia que la pintura, hacia 1975, había entrado en un callejón sin salida.

Los jóvenes pintores, mirando al pasado, reivindicaron las técnicas pictóricas como lugar propio de invención y creación, sin rechazar, por ello, la aportación del movimiento moderno.

Desde el punto de vista historiográfico, la pintura posmoderna se opone al academicismo del siglo XX que sublimaba las vanguardias históricas, de la misma forma que en el siglo XIX el romanticismo se opuso al neoclasicismo.

Siendo la posmodernidad tanto un rechazo de la modernidad como su continuación, los artistas posmodernos han procurado, sin lograrlo del todo, buscar un lenguaje y un estilo propios, pero el movimiento ha vivido disgregado, fragmentado, no se ha conseguido una aglutinación estilística común, como mucho diversos puntos de contacto entre artistas o grupos generalmente de una misma nacionalidad, como la transvanguardia italiana o el neoexpresionismo alemán.

Así pues, los artistas posmodernos se afanan en desmitificar la imagen, en desproveerla de su sentido icónico, representativo, conceptual.

Artistas como Sherrie Levine, Jeff Koons, Julian Schnabel, David Salle, Mike Bidlo, Louise Lawler y Jeff Wall buscan despojar a la imagen de su sentido convencional, dándole nuevos significados basados en la descontextualización, en el orden-desorden estético.

Algunos artistas posmodernos se comprometerán más con la sociedad de finales del siglo XX, incorporando a sus obras referencias relativas a los nuevos conceptos de reivindicación social: la sexualidad, el feminismo, la diversidad étnica, el medio ambiente, etc. Jean-Michel Basquiat reflejó en su obra la denuncia contra el racismo, con obras impactantes donde mezcla el arte tradicional con el grafiti, con influencia del arte africano.

Teatro Nacional de Cataluña , de Ricard Bofill . Encarnado en la forma de un templo griego, se observa claramente la mezcla de formas antiguas con técnicas constructivas de vanguardia.