[2] Las inscripciones demuestran que, a pesar del nombre arameo, la ciudad estuvo bajo gestión luvita.
[3] El yacimiento de Arslan Tash fue estudiado por vez primera en 1836, en una misión guiada por Francis Rawdon Chesney.
En efecto, allí aparecen también las escenas de tipo egipcio y las composiciones heráldicas bien equilibradas en bajorrelieve, típicas de la tradición fenicia (con temas como los genios alados que sujetan el papiro sobre el que está Maat, o el joven Horus ente carneros alados), como el relieve más alto y cromático de Siria septentrional, documentado aquí por un sola lastra, que representa en este caso específico a un dignatario.
[2] Los estudiosos han individualizado entre estos marfiles testimonios de una tercera escuela, sursiria, con probable sede en Damasco.
[2] Los amuletos de Arslan Tash son trozos más pequeños cuya autenticidad se disputa.