Arqueología subacuática de México

La arqueología subacuática es muy reciente, de hecho, tiene los mismos años a los transcurridos desde el inicio del Siglo XX.

Posteriormente se convirtió en actividad deportiva, y solo por casualidad los pescadores y deportistas encontraban piezas históricas cuyo destino, las más de las veces, era muy incierto.

Fue con los esfuerzos solitarios realizados por el arqueólogo estadounidense Edward H. Thompson en el célebre Cenote Sagrado de Chichén-Itzá, que comenzó la investigación arqueológica subacuática calculada científicamente, proyectada y ejecutada en forma metódica.

En Las Cosas de Yucatán, libro que Diego de Landa publicó en el Siglo XVI, se recogen diversos testimonios que señalan al Cenote Sagrado como el lugar donde los mayas realizaban sus sacrificios humanos.

Ya en 1903 había podido instalar un sencillo equipo para dragado y poco después logró sacar muchísimos huesos humanos, objetos de jade, cobre, ébano, navajas de obsidiana, armas ornamentales y hasta fragmentos de tejidos antes desconocidos.