Siguió trabajando para el gobierno con posterioridad, ocupando en 1783 la intendencia de Comercio Exterior y Marítimo.
Más de 1500 personas entre actores, cantantes y oradores fueron empleadas para este fin, con un coste mensual superior a 200.000 libras.
De La Porte había descubierto previamente una habitación secreta en el apartamento que ocupaba en el palacio, y considerando que los guardias no advertirían la existencia de dicho cuarto debido a que realizaban el mismo recorrido a diario, aconsejó a Luis XVI ocultarse en él tras una de sus reuniones diarias hasta que pudiese ser sacado sano y salvo del complejo palaciego.
En un gesto macabro, con ocasión del aniversario de Luis XVI, su cabeza decapitada fue presentada como obsequio al monarca, por aquel entonces prisionero junto a su familia en el Temple.
Sus servicios y su posterior sacrificio fueron destacados tras la Restauración por el hermano más joven del rey, Luis XVIII, siendo su hijo, Arnaud III de La Porte, reconocido con el título de barón en 1822.