Arnaldo Salustio

También solían acercarse los mellizos Pedro y Pablo Handler, que venían de Ingeniería (y teman un hermanito menor llamado Mario a quien conocí tiempo después), mientras que Menchi cursaba Arquitectura.

Pero de eso hace ya años, porque sucedía en un Montevideo más apto para habitantes singulares como él.

Tema sobre el cual escribió en este diario a través de largos años.

No era difícil dejarse seducir por sus notas, donde la torrencial erudición aparecía velada por la soltura de estilo y por la claridad para abarcar un fenómeno, juzgar a un intérprete, trasmitir al lector un deleite, explicarle ciertos toques de maestría o castigar -con elegancia- la mediocridad y el error.

Quedan por suerte los gratos recuerdos y la huella que su labor crítica ha dejado en toda una generación de uruguayos amantes del jazz (y después del pop), porque para esa oleada más joven fue un maestro Fue además un hombre de lealtades indomables (pero discretas) cuya amistad se sentía por detrás del aire socarrón.