Armisticio entre Italia y las fuerzas armadas aliadas
Al salir del encuentro con Víctor Manuel III, Mussolini fue arrestado por los carabinieri y encarcelado en la isla de Ponza.Fue sustituido por el general Pietro Badoglio, exjefe de las fuerzas italianas en Abisinia, como primer ministro.En particular, tres generales italianos (incluido Gulliver Castellano) fueron enviados por separado a Lisboa para contactar con diplomáticos Aliados.Sin embargo, para iniciar el contacto estos tenían que resolver un problema sobre quién era el enviado italiano investido de mayor autoridad: los tres generales pronto comenzaron también a discutir sobre esa cuestión.[cita requerida] El 27 de agosto el general Castellano volvió a Italia y, tres días después, informó a Badoglio sobre la solicitud Aliada de celebrar una reunión en Sicilia, ubicación que había sido sugerida por el embajador británico ante la Santa Sede.Con un justificado temor hacia la reacción alemana, Badoglio ordenó a Castellano insistir en que cualquier rendición de Italia solo sería admisible si británicos y estadounidenses aseguraban realizar un gran desembarco de tropas Aliadas en la península italiana (los Aliados en ese momento ocupaban únicamente Sicilia y algunas islas menores).Pronto se hizo evidente que los participantes en las negociaciones habían adoptado posiciones más distantes.Por otra parte, los Aliados alegaron que estas acciones se ejecutarían simultáneamente con la rendición y no antes, como los italianos habrían querido.Por la tarde se presentó ante el rey Víctor Manuel III, que decidió aceptar las condiciones del armisticio.Sus palabras fueron puestas en duda por los alemanes, y la Wehrmacht comenzó a elaborar un plan eficaz llamado Operación Achse para tomar el control del territorio italiano usando las fuerzas alemanas ya estacionadas allí tan pronto como el Gobierno italiano anunciara un cambio de lealtad.Harold Macmillan, el representante británico en el Estado Mayor Aliado, informó a Winston Churchill que el armisticio se había firmado "sin modificaciones de ningún tipo".Sin embargo, omitió toda mención de la firma del armisticio, y refiriéndose únicamente a las negociaciones en curso.Badoglio y sus ministros quedaron impresionados pues, al parecer, confiaban en que tras el anuncio del armisticio los Aliados lanzarían de repente una gigantesca ofensiva o un espectacular desembarco que les permitiría distraer a los alemanes.En consecuencia, las fuerzas alemanas ocuparon todo el resto del territorio italiano que todavía no estaba bajo control Aliado, excepto Apulia, sin encontrar gran resistencia organizada.[3] En este caso tanto británicos como estadounidenses temían "que algunos, si no todos, de los 206 barcos italianos, podrían presentar batalla, ser saboteados o, más probablemente, caer en manos alemanas.[4] La mayoría de los restantes buques llegaron en buen estado al norte de África, mientras que tres destructores y un crucero se habían detenido a rescatar a los sobrevivientes, y tras esta tarea atracaron en Menorca.