Tras pasar su infancia en Le Havre, donde publicó con 16 años L' Éternelle chanson des gueux - donde muestra su indignación por el desfase existente entre la miseria del puerto y la fortuna de los armadores -, Armand Salacrou se traslada a París en 1917, donde continuará sus estudios de medicina, derecho y filosofía antes de convertirse primero en periodista y posteriormente en cineasta.
Allí pasará gran parte de su tiempo frecuentando a los surrealistas, los teatros y los pintores, guiado por sus amigos de la infancia Georges Limbour y Jean Dubuffet.
Sería con él que Salacrou conocería sus mayores éxitos: Une Femme libre (1934), L'Inconnue d'Arras (1935) — que impone una nueva aproximación del tiempo y el espacio teatral—, Un Homme comme les autres (1936), La Terre est ronde (1937) o L'Archipel Lenoir (1947).
Puestas en escena e interpretadas por los más grandes del momento- Les Nuits de la colère : compañía Renaud-Barrault, después Strehler (1945-1946), Poof : Yves Robert (1950), André Reybaz: Boulevard Durand (a partir de 1961), Les Chardons: Michel Vitold, Comédie française (1964), -, sus obras triunfan en varios países.
Siempre atento a la vida cotidiana, ofrece un testimonio privilegiado de un siglo muy movido.