En 1614, el terrateniente y aficionado a las matemáticas escocés John Napier publicó su libro en idioma latín Mirifici Logarithmorum Canonis Descriptio (Descripción de la maravillosa regla de los logaritmos, en idioma español) en el que daba a conocer los logaritmos.
Así, Briggs se enteró de la teoría sobre los logaritmos y, al leer el texto, decidió ponerse en contacto con Napier para mejorar, si ello fuese posible, esa idea.
[3]Para ello, le escribió en su residencia del castillo de Merchiston en Edinburgo y recibió respuesta positiva.
En estas primeras reuniones, Napier explicó a Briggs como había obtenido sus logaritmos y Briggs planteó que la formulación inicial de ellos presentaba dificultades en los cálculos, ya que el logaritmo de 10 000 000 (
Según el matemático alemán Thomas Sonar, Briggs fue asistido por calculistas, para quienes preparó formularios para ser llenados.
En este trabajo, Bruce introdujo la actual notación matemática, que no estaba aún disponible en la época de Briggs y Napier.