En Chile, el término aristocracia castellano-vasca se refiere a un grupo social que conformó la élite chilena a partir del siglo XIX, luego de la independencia del Imperio español en 1818.
Corresponden principalmente familias de apellido Aldunate, Allende, Barros, Eyzaguirre, Carrera, Concha, Correa, Echaurren, Errázuriz, García-Huidobro, Guzmán, Infante, Irarrázaval, Izquierdo, Larraín, León, Matte, Orrego, Pinto, Prieto, Tagle, Toro, Undurraga, Ureta, Valdés, Valdivieso, Velasco, Vergara, Vial, Vicuña, Mendoza y Zañartu.
Algunos de estos apellidos son: Subercaseaux, Gutiérrez, Fontaine, Vázquez, Vigneaux, Pizarro, Catalán, Müller, Rivas, Mujica, Schmidt, Weber, Smith, Meiggs, Farías (Fariaç, de Faria), entre muchos otros.
Este término, acuñado por el historiador Francisco Antonio Encina, aludía a la unión entre el grupo dominante del sistema social local, de origen castellano, con ciertos inmigrantes provenientes del País Vasco quienes lograron hacer considerables fortunas en Chile.
En el siglo XVIII, este grupo se encontraba consolidado como aristocracia terrateniente y comercial.