[1] En efecto, hay referencias históricas y arqueológicas que evidencian un levantamiento en el norte de Gran Bretaña entre el 100 y 105 bajo el liderazgo del rey Argiragus.
El mismo Juvenal en uno de sus poema satíricos ubicado en la era de Domiciano (81-96) escenifica un augurio por el que profetiza al emperador que "se obtendrá una gran victoria, caerá algún rey enemigo, o al menos Arviragus caerá de su carro".
[3] Asimismo el registro arqueológico indica que muchas fortalezas al norte de la Muralla de Adriano fueron incendiadas en la misma época.
Hayan sido destruidos por los rebeldes o por los mismos romanos en un intento de retroceder a fronteras seguras, la evidencia indica que el levantamiento de Argiragus fue acompañado por una sublevación general en las tierras bajas de Escocia.
[3] Aunque el dominio romano sobre los brigantes se repuso, por un tiempo obligó al abandono de Escocia y a la retirada a la línea Tyne-Solway, al denominado «camino de piedra» (Stanegate).