En su cuarta participación los Pumas hicieron su mejor torneo hasta ese momento, accediendo a la fase final de la Copa del Mundo por primera vez.
El equipo solo contaba con seis jugadores profesionales y el neozelandés Alex Wyllie fue el entrenador, el único extranjero hasta la actualidad.
En negrita los jugadores titulares: Los Pumas disputaron el partido inaugural, en el recién construido Estadio del Milenio, frente a los Dragones rojos; cayeron 23–18.
En la segunda fecha enfrentaron por el partido clave a Samoa; rival que los había derrotado en los dos últimos mundiales; tras irse al entretiempo perdiendo por 13 puntos, los argentinos remontaron y triunfaron 32–16.
Gonzalo Quesada fue el máximo anotador del torneo y el gran desempeño logrado permitió que la mayoría de los jugadores iniciaren una carrera profesional en Europa.