Cuando no se dispone de colores se representa a la plata dejando en blanco el espacio que ocupa, según el método atribuido al jesuita Silvestre Pietra Santa.
[5] Este es el método de representación que se ve comúnmente en grabados a una tinta.
Es de notar que hacia 1828 este sistema era considerado absurdo por el heraldista inglés William Berry,[7][Nota 1] aunque el español Francisco Piferrer, en 1858, lo comenta como si todavía fuese válido.
[10][Nota 2] Debajo se dan algunas de las antiguas correspondencias simbólicas del argén y algunos de los nombres «griegos»[Nota 3] que se le atribuyeron.
Además, de acuerdo con Courtois, la plata es el segundo color heráldico en importancia después del oro.