[4][2] Entre las personas y grupos asociados al nacionalismo árabe se encuentran el rey Faisal I de Irak, el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, el Movimiento Nacionalista Árabe, el líder libio Muammar Gaddafi, la Organización para la Liberación de Palestina, el Partido Socialista Árabe Ba'ath, que llegó al poder en Irak durante algunos años y sigue siendo el partido gobernante en Siria, y su fundador Michel Aflaq.
La wataniyya es a veces despreciada como "regionalismo" por quienes consideran que el panarabismo es la única variante legítima del nacionalismo árabe.
La persona más identificada con la qawmiyya fue el egipcio Gamal Abdel Nasser, que utilizó el poder militar y político para difundir su versión de la ideología panárabe por todo el mundo árabe.
La expedición a Egipto que hizo Napoleón Bonaparte marcó el declive de la influencia del Imperio otomano en los países árabes.
En lo referente a los asuntos de interior, inició una gran reforma, particularmente en los ámbitos del ejército, la justicia, la administración y la educación.
Los otomanos, por el contrario, se habían desviado del verdadero Islam y por ello sufrían la decadencia.
Ibrahim al-Yaziji, un filósofo cristiano libanés, hizo un llamamiento a los árabes para que "recuperaran su antigua vitalidad perdida y se deshicieran del yugo de los turcos" en 1868.
Esta nueva versión del patriotismo árabe estaba directamente influenciada por el modernismo islámico y el revivalismo de Muhammad Abduh, el erudito musulmán egipcio.
Los británicos, por su parte, incitaron al sharif de La Meca a lanzar la revuelta árabe durante la Primera Guerra Mundial.
Los otomanos fueron derrotados y las fuerzas rebeldes, leales al hijo del sharif, Faysal ibn al-Husayn, entraron en Damasco en 1918.
Para entonces, Faysal, junto con muchos intelectuales y oficiales militares iraquíes, se había unido a al-Fatat, que formaría la columna vertebral del recién creado Estado árabe que comprendía gran parte del Levante y el Hiyaz.
No obstante, Jerusalén, Beirut y Bagdad siguieron siendo importantes bases de apoyo.
Tras la creación del Estado de Faysal, se hizo visible una grave tensión en el seno del movimiento nacionalista árabe: el conflicto entre el ideal supremo de la ideología de formar una única unidad independiente que incluyera a todos los países que compartían la lengua y el patrimonio árabes, y la tendencia a dar prioridad a las ambiciones locales.
El hecho de que los sionistas fueran judíos dio un sabor religioso a la retórica xenófoba y reforzó el Islam como rasgo definitorio del nacionalismo árabe.
Con el advenimiento del nacionalismo palestino, surgió un debate entre quienes creían que la unidad panárabe traería consigo la destrucción de Israel (la opinión defendida por el Movimiento Nacionalista Árabe) o si la destrucción de Israel traería consigo la unidad panárabe (la opinión defendida por Fatah).
El Islam había dado a los árabes un "pasado glorioso", que era muy diferente del "presente vergonzoso".
Estallaron revueltas en los países de la zona, la más importante liderada por Gamal Abdel Nasser, que acabaría tomando el poder en Egipto en 1952.
El antiguo movimiento nacionalista árabe pro-Nasser, abandonó públicamente el nasserismo en favor del marxismo-leninismo.
En 1966, el Partido Baaz Árabe Socialista se dividió en facciones rivales con sede en Bagdad y Damasco, respectivamente.