Los numerosos reportes del pasado para otras regiones (el sur de Bolivia, Paraguay y el norte de Argentina) hoy son generalmente cuestionados, entendiéndolos como resultado de aves escapadas del cautiverio, errores en el etiquetado del real sitio de captura o confusiones con la muy similar Ara ararauna (hoy extinguida en toda su distribución austral), debido a las similitudes morfológicas entre ambas y a la confusa historia taxonómica que relacionó a estos taxones.[3] Se encuentra en peligro crítico de extinción, y su población en libertad ronda solo los 450 a 550 individuos.Las diferencias con Ara ararauna (especie muy similar) se encuentran en la garganta que tiene un amplio babero o gola de color azul turquesa (en A. ararauna es negro y menos extendido), en la frente azul (en A. ararauna es verde), en la región desplumada y blanca de la cara que en esta posee muy poca extensión y es cruzada en toda la superficie por varias rayas de plumas azules (en A. ararauna la región desplumada es bien amplia y solo cruzada en el sector superior por finas líneas de plumas negras) y por una angosta franja desnuda de color rosado pálido que se interpone entre el sector desplumado de la cara y el pico (en A. ararauna esa zona es blanco-crema).[6] Todas estas especies poseen una amplia distribución en el trópico y subtrópico del centro de Sudamérica.Se han encontrado nidos en ejemplares de: Attalea speciosa (= Attalea phalerata), Acrocomia aculeata, Copernicia alba, Mauritia flexuosa,[5] (Arecaceae), Sterculia striata (Sterculioideae), Vitex cymosa (Verbenaceae), Calycophyllum multiflorum (Rubiaceae), Gallesia integrifolia (Phytolaccaceae), Hymenaea courbaril (Caesalpinioideae), Tabebuia sp.[6] El guacamayo Ara ararauna es un competidor directo por los nidos, resultando frecuentemente en que este último, en razón de ser más fuerte y más grande, termina desplazando a A. glaucogularis.También se ha observado que el tucán grande (Ramphastos toco) y las zarigüeyas (Didelphis sp.)También se la conoció con el nombre de Ara caninde, sobre la base de la descripción que, bajo el nombre de Sittace Canindé, realizó el célebre herpetólogo y ornitólogo alemán Johann Georg Wagler en su obra Monographia Psittacorum del año 1832,[9] en la cual incluía, entre otras, la descripción para la ciencia del guacamayo azul.Este científico (Director del Museo Zoológico en la Universidad de Múnich) trabajó en extensas colecciones traídas desde Brasil.La descripción formal para la ciencia bajo el nombre de Ara glaucogularis recién ocurrió en el año 1921, y fue hecha por el ornitólogo ítalo-argentino Roberto Dabbene, quien se percató que la especie no contaba con nombre científico válido, dándole como localidad típica: Paraguay,[10] (luego sería cambiada por la que figura en la tarjeta del ejemplar tipo que le fue asignado).[11] Algunos especialistas concordarían con la hipótesis propuesta por Dabbene (como Bertoni)[12] mientras que otros no, entre los cuales estaba J.Como la población total en cautiverio a nivel mundial de este guacamayo es aún baja, al reproducirla generalmente se ha procurado mantener la especie "pura" (ambos padres A. glaucogularis).[7] Sin embargo su distribución original es discutida, pues muchos de los antiguos registros de la especie se sospechan que podrían ser confusiones con la muy similar Ara ararauna, la que antaño contaba con una distribución más extendida hacia el sur.Azara no es claro si se refiere a las variaciones de los guacamayos azul y amarillo o sí describe un único individuo, lo que podría indicar que se tratase de un híbrido, al tener la garganta azul (como A. glaucogularis) pero verde en la cabeza y tres líneas negras en la «cara» (como A.[26] Para Manuel Nores y Darío Yzurieta, Azara describe a ambas especies, las que podrían haber convivido en simpatría, tal vez en algún momento del año, tal como hoy lo hacen en Bolivia.[27] Además notificó de otro ejemplar colectado por P. Willim en Colonia Nueva Italia en el Dep.Indicó que, en determinados años, este papagayo emprende extensas migraciones, cuando esto ocurre no es raro encontrarlo en Paraguay, si bien no es frecuente su reporte, según él, en razón de la total ausencia de ornitólogos en ese país.Hayes cree que: Además, A. glaucogularis fue señalada para las localidades paraguayas de Villa Franca, Desmochados y Guazú Cuá, pero para Ingels estas tres citas (algunas posiblemente del departamento de Ñeembucú) deberían ser asignadas a A.[32] En la Argentina su presencia es problemática, postulándose que muchos de sus registros (o todos ellos) en realidad deberían ser referidos a Ara ararauna, de la cual fue tratada como un sinónimo durante mucho tiempo.[24] En 1945 A. Zotta le otorga una distribución en el país comprendida en los territorios de Chaco, Misiones y Formosa.[40] En 1952 Gunnar Höy observó seis ejemplares de guacamayos «azul y amarillo» volando sobre el río Caraparí (también denominado río Itiyuro), en el extremo norte de Salta, a la que sumó un registro previo realizado en Orán.[32] Claes Christian Olrog en la primera lista de la avifauna argentina en 1963, sobre el Ara caninde consideró que por tradición ha sido citado en ese país, pero que no había ningún dato concreto.[44] En 1984, señaló sobre A. glaucogularis en la Argentina: Para A. ararauna indica que: En 1988 Martín Rodolfo de la Peña no incluye a A. glaucogularis (ni a A. ararauna) en su Guía de aves argentinas (tomo IV).[48] En 1991 Canevari y otros señalaron que los registros del noroeste argentino correspondía asignarlos a A. glaucogularis mientras que los registros de las provincias de Formosa, Chaco y Misiones debían ser asignados a A. ararauna.[52] En 2001 J. Mazar-Barnett y Pearman asignaron a A. glaucogularis como «erróneamente citada para la Argentina», atribuyéndole sus citas en el país a A. ararauna, al que categorizaron como «Hipotético» —por carecer de pieles argentinas— pero de presencia probable en el pasado.Asimismo se han reparado algunos nidos naturales que estaban siendo utilizados por parejas de A.[60] Comenzó a difundirse en avicultura a partir del año 1977, cuando se presentó un ejemplar en el Walsrode Bird Park en la ciudad alemana de Walsrode (en Baja Sajonia), lográndose su primer éxito reproductivo en cautiverio en el año 1984 en el zoológico "Loro Parque" de la isla española de Tenerife.[61] Desde entonces, hay consenso entre los avicultores que la reproducción de este guacamayo, en jaulones adecuados, no presenta mayores inconvenientes.Son varias las asociaciones, fundaciones, y entidades gubernamentales que se relacionan con la protección de la paraba garganta azul.
Detalle de la cabeza de
A. glaucogularis
, donde se observan las diferencias con
Ara ararauna
.
Guacamayo barbazul en vuelo.
Un
A. glaucogularis
mantenido como mascota.
Un ejemplar de esta especie.
Par de ejemplares en libertad, registrados en
Beni
, Bolivia.