El contrato para construir la aeronave espacial, que eventualmente pasó a denominarse "orbitador", fue otorgado a North American Rockwell (posteriormente Rockwell International) y el primer orbitador fue completado en 1976.
La primera fase fue designada como "taxi-test" e involucró al Enterprise y al Shuttle Carrier Aircraft acoplados, realizando pruebas para evaluar sus características de manejo en tierra en la Base de la Fuerza Aérea Edwards.
Estas pruebas no involucraron al orbitador de alguna otra forma que acoplado al SCA, por lo que permanenció apagado y sin tripulación durante la realización de las mismas.
También se realizaron pruebas iniciales de los sistemas del orbitador en vuelo.
Al igual que con las pruebas en tierra, el orbitador no se vio involucrado más allá de estar acoplado al SCA, y permaneció apagado y sin tripulación.
Estos fueron llevados a cabo con el Enterprise acoplado al SCA.
[1][5] Al igual que otras aeronaves experimentales, el Enterprise fue equipado con un tubo montado en su nariz, utilizado para recopilar datos del aire a lo largo de estos vuelos.