Aplastamiento por elefante

Los elefantes se utilizaban en este caso para aplastar, desmembrar o torturar a los cautivos en ejecuciones públicas.La práctica fue finalmente suprimida por los imperios europeos que colonizaron la región en los siglos XVIII y XIX.Sin embargo, la práctica ya estaba firmemente establecida por entonces y ha continuado hasta el siglo XIX.[2]​ Por último, estos animales también se usaban en ocasiones como una forma de ordalía, según la cual el condenado era liberado si lograba escapar con vida del elefante.Cuando trabajaba como oficial de policía en el gobierno británico colonial en Birmania en 1926, George Orwell se vio obligado a encargarse de un incidente en el que un elefante doméstico salió en estampida y mató a un hombre pisándole encima.Las ejecuciones con elefantes fueron usadas por varios poderes imperiales del oeste asiático durante el periodo medieval.Esta práctica parece que se adoptó en distintas partes del medio oeste musulmán.Sirr comenta: Los elefantes se utilizaron en India como la forma de ejecución preferente durante siglos.En caso de robo, por ejemplo, «el rey haría que cualquier ladrón capturado en conexión con dicha desaparición fuese ejecutado por un elefante».El historiador contemporáneo Khafi Khan cuenta que «por una ofensa trivial, [Santaji] mandaría a un hombre bajo los pies de un elefante».Cuando uno de éstos es llamado para despachar a un criminal, si el guardián quiere que el ofensor sea destruido rápidamente, esta inmensa criatura le aplastará instantáneamente reduciéndole a átomos bajo sus pies; pero si desea torturarle, le romperá los miembros de forma sucesiva, como los hombres se rompen en la rueda».A menudo se precedían de la tortura pública del condenado por el mismo elefante que al terminar lo ejecutaría.[19]​ En cualquier caso, los indios no monopolizaron este tipo de ejecución, que también parece haber sido usado ampliamente en el sudeste asiático.La muerte bajo el pie de un elefante era común para los desertores o prisioneros así como para los criminales militares, según los cronistas antiguos.[23]​ El escritor romano Quinto Curcio Rufo relata la historia en sus Historiae Alexandri Magni: «Pérdicas vio que [los amotinados] estaban paralizados y a su merced.[24]​ De forma parecida, el escritor romano Valerio Máximo escribió como el general Lucio Emilio Paulo Macedónico «después de que el rey Perseo fuese derrotado [en 167 a. C.], por la misma falta (deserción) arrojó a los hombres bajo los elefantes para ser aplastados [...] Y realmente la disciplina militar necesita este tipo de castigo severo y abrupto, puesto que así es como la fuerza de las armas se mantiene firme, la cual, cuando se aparta del buen camino, será subvertida».Uno de los ejemplos es el mencionado por Flavio Josefo para Deuteronomio, [cita requerida] aunque la historia es probablemente apócrifa.
Los elefantes desmembraban ocasionalmente los cuerpos de los condenados, como se muestra en este dibujo de 1681 de An Historical Relation of the Island Ceylon , de Robert Knox.
Mapa de distribución de las zonas en las que se realizó aplastamiento por elefantes.
Un elefante blanco real, símbolo del poder en Tailandia .
Rousselet describió esta ejecución en Le Tour du Monde en 1868.