[1] Los apartados de correos son alquilados por una Oficina de Correos por término —meses o años— y precios que varían dependiendo del tamaño del buzón; usualmente a personas jurídicas, pero también personas naturales pueden acceder a ellos.
Entre otras razones, se usan para no dar una dirección de correspondencia verdadera, logrando confidencialidad del destinatario,[2] evitando también visitas indeseadas a domicilios particulares.
Como ejemplo, al enviar un correo a una dirección de Namibia, este será devuelto al remitente con motivo «No se puede entregar», siendo necesario el uso de apartados para lograr recibir correspondencia.
Facilitan la gestión online a través de un portal o una aplicación móvil mediante la digitalización del correo físico.
Desde cualquier ubicación geográfica, se puede acceder de manera segura y fácil al correo físico, permitiendo a los usuarios optimizar su tiempo y evitar desplazamientos a una oficina postal.