Se ha restaurado en el pueblo la fragua y el potro, utilizado para inmovilizar a los animales para poderles herrar.
[2][3] La iglesia de San Isidro fue construida en piedra en 1936 tiene una vivienda adyacente edificada en el mismo material.
El potro y la fragua son infraestructuras tradicionales rehabilitadas que hoy día no están en uso aunque en perfecto estado de conservación.
Antiguamente se usaba para controlar los turnos de riego en las huertas y los prados del pueblo.
La llegada a Horcajo resulta verdaderamente hermosa, observando la población sobre un cerrete cercado de espléndidos nogales, choperas, huertos y demás arboledas que le dan un aspecto de aldea medieval muy ruralizada.