Junto a la boquilla se coloca un mechero que al estar encendido asegura que el combustible derramado arda.La mezcla que se suele emplear como combustible es de queroseno y gasóleo en una proporción de 30 % a 70 %, aunque la proporción puede variar en función de las necesidades, pudiendo añadir aceites pesados para incrementar la adherencia del líquido combustible a la vegetación e incrementar el tiempo de combustión y el calor que genera.[2] Existen variantes para ser acopladas a vehículos para propagar el fuego mientras avanza el vehículo a lo largo de la línea de ignición.El contra fuego consiste en provocar un fuego controlado a lo largo de una línea por delante del incendio que se busca controlar con la idea de eliminar el combustible por delante de él.Otras herramientas que pueden emplearse con el mismo propósitos incluyen las bengalas, y otros elementos pirotécnicos.