Antonio de Leyva

Comenzó su carrera militar en las Alpujarras en 1502, derrotando a los mudéjares, últimos combatientes del reconquistado Reino de Granada.

Posteriormente luchó contra los turcos frente a Viena y junto al Emperador, en África.

Se ha dicho de él que tuvo una gran experiencia militar, era valiente, enérgico, tan acostumbrado a mandar como a obedecer, fecundo en recursos y capaz de intentarlo todo y sufrirlo todo por salir airoso en sus empresas.

Sus descendientes vivieron en Milán, llegando a ser una de las más prominentes familias.

[2]​ En Zaragoza, también tiene una calle dedicada, concretamente en el popular barrio Oliver.