Su trabajo allí consistió en poner orden entre las desavenencias entre el juez del Rey u el padre General Esteban de Cesena.
Pese a sus achaques salió elegido Provincial por segunda vez en 1690 y tuvo que renunciar precisamente por ellos, conformándose con ser primer Definidor.
Sin embargo las dificultades puestas por el Promotor de la Fe en 1696 echaron a perder estos deseos.
[1] En su Ente dilucidado indaga sobre la naturaleza de los duendes, trasgos, fantasmas y otros longaevi.
En el siglo XVIII el Ente dilucidado cayó en un gran descrédito a causa de las críticas ilustradas del benedictino padre Benito Jerónimo Feijoo, enemigo de su gran credulidad a las más dispares supersticiones populares.