En 1972 se afilió al Partido Comunista de España (PCE), fuerza política que todavía estaba en la clandestinidad.
También se afilió a Comisiones Obreras (CCOO), donde fue nombrado Secretario General del Campo en Andalucía.
En 1995 fue presentado como candidato a la alcaldía de Málaga, obteniendo excelentes resultados al colocar a IU como segunda fuerza política en Málaga, por delante del entonces gobernante PSOE local.
Tras múltiples negociaciones, el PSOE adoptó la polémica decisión de no apoyar a IU, permitiendo que Celia Villalobos, del PP, gobernase la ciudad.
Tras estos hechos, Antonio Romero declaró sentirse el alcalde moral de Málaga,[3] apelativo que todavía hoy suele utilizar la prensa malacitana.