Viajó por Grecia y Egipto, estableciéndose en Barcelona en 1814.
[1] En la ciudad condal construyó el Cementerio del Este (1818), de un estilo un tanto ecléctico, que mezclaba el nuevo lenguaje clásico con elementos que perduraban del Barroco, así como influencias del arte egipcio.
La mezcla de elementos griegos y egipcios fue muy criticada por otros arquitectos del momento, especialmente Antoni Cellers.
[3] En el mismo cementerio erigió el Monumento a las víctimas de la fiebre amarilla de 1821 (1823), realizado en mármol blanco y formado por un pedestal y un cenotafio en forma de templete rectangular con cuatro columnas con frontones, y unas lápidas explicativas en sus cuatro costados; el templete está rematado por una columna con una cruz, sobre un pedestal piramidal.
[5] Fue vicecónsul de Toscana en Barcelona,[6] y escribió un tratado de arquitectura, Nuovo corso d'architettura civile dedotta dai magliori monumenti greci, romani, e italiani del cinquecento (Florencia, 1813).