En 1964 fue nombrado Consiliario Nacional de Apostolado Rural.
Se trasladó a la diócesis de Guadix-Baza, donde fue vicario general y arcediano del cabildo.
Posteriormente fue nombrado vicario capitular de la misma, al quedar la sede vacante en 1969.
[6] Antonio Dorado fue administrador apostólico hasta el 13 de diciembre, cuando tomó posesión Jesús Catalá.
A partir de entonces, quedó como obispo emérito y residió en Málaga hasta su muerte, en la Casa Diocesana de Espiritualidad, junto al Seminario.