[1][2] Durante su vida, Capuzzi fue considerado un compositor innovador, un importante profesor y un virtuoso instrumentista.
La oferta de Rusia vino de Catalina la Grande, pero Capuzzi la rechazó, probablemente por vínculos con su tierra natal y por amor al público, al que siempre “encantaba con su interpretación”.
[3] Aunque fue popular en su tiempo, la mayoría de su música está ahora olvidada.
La pieza más comúnmente ejecutada, hoy en día, es su Concierto para contrabajo que fue dedicado a Kavalier Marcantonio Montenigo y que, supuestamente, era para interpretarlo en ese instrumento.
[1] Tras su muerte, el compositor alemán Simon Mayr compuso un réquiem y la cantata Per la morte di Antonio Capuzzi[5] (cantata a 2 voces, texto de Muletti, coro y orquesta, 1818, Bérgamo) y el italiano Gaetano Donizetti, la sinfonía en re menor per la morte di Capuzzi.