El área se divide en la zona de asentamiento en una meseta baja y una llanura inferior, que la linda al suroeste.
En la Antigüedad, a orillas del río Cipariso, que atravesaba Antimaquia, los cosianos y habitantes del Dodecaneso honraban y festejaban a Asclepio, el dios griego de la curación.
El lugar sufrió una severa destrucción en 1926[7] y especialmente en el terremoto de 1933.
Después de la anexión del Dodecaneso a Grecia, Antimaquia fue desde 1948 la sede administrativa del entonces municipio rural de Antimaquia (Κοινότητα Αντιμαχείας Kinótita Andimachías).
Las murallas del castillo se conservan en bastante buen estado, mientras que en su interior hay dos iglesias antiguas, Santa Parasqueva (Agía Paraskeví) y San Nicolás (Ágios Nikoláos).