Entre otras particularidades, los viejos creyentes se persignan con dos dedos, índice y corazón, a diferencia de los seguidores de la Iglesia ortodoxa rusa, o nikonianos, que se persignan con tres (pulgar, índice y corazón).
Aunque comparten los dogmas fundamentales de la fe ortodoxa, las diferencias entre los viejos creyentes y los ortodoxos oficiales radican en cuestiones de autoridad, tradición, rituales y sacramentalidad, las cuales los viejos creyentes han elevado al nivel de doctrina.
Esto les da un carácter distintivo dentro del cristianismo ortodoxo, aunque no representan un sistema doctrinal completamente diferente.
Algunas comunidades de viejos creyentes emigraron a América del Sur, principalmente hacia Argentina y Uruguay (Colonia Ofir en el departamento de Río Negro), donde residen actualmente.
El Concilio de la Iglesia ortodoxa rusa celebrado en 1971 declaró nulas ciertas prohibiciones impuestas a los viejos creyentes en los concilios de 1656 y 1667.