La ribera derecha del Innerste era suficientemente alta y segura de inundaciones para habitar allí.
Hildesheim se desarró en esta región como un lugar donde los mercaderes descansaban y guardaban su mercancía.
Debido a su situación privilegiada del poblado en el Hellweg al lado de un vado y en un terreno fértil, fueron asentándose numerosos habitantes que se dedicaron al comercio y a la agricultura.
En una colina muy cerca al Hellweg fueron construidos una catedral y edificios residenciales de piedra.
La calle mayor con el mercado callejero conectaba el vado del río Innerste con la plaza de la iglesia.