António Bernardo da Costa Cabral

Miguel I, nombrado regente del reino portugués, intentó imponer su régimen absolutista frente al régimen constitucional de María II; ello implicó seis años de conflictos armados.

Tras esta derrota de los absolutistas, esa política en el siglo XIX estuvo marcada por las ideas liberales, no sin problemas.

Los progresistas —denominados Septembristas—, querían volver a la Constitución de 1821, más avanzada y aprobada por cortes constituyentes, pero los moderados —los Cartistas—, querían mantener la citada Constitución Portuguesa de 1826, otorgada por Pedro IV.

Fue obligado a exiliarse en Madrid en la secuencia de la importante Revolución de Maria da Fonte, pues la reina tuvo que destituirlo y llamar al partido progresista para que gobernase.

Con todo, volvería pocos años después, demostrando una gran habilidad de recuperación y persistencia, a ocupar la jefatura del gobierno.

Litografía de Costa Cabral.