Anne d'Arpajon

[3]​ A María Antonieta la despreocupaba el futuro y le disgustaba mucho que Madame de Noailles le impidiera hacer las cosas que le gustaban, con referencia a la etiqueta de la corte, así que pasó a llamarla Madame l'Etiquette (Señora Etiqueta).

Se dice que Anne era una auténtica obsesa de la etiqueta y que la respetaba por encima de todo, y el protocolo diario no tardó en convertirse para la reina en una pesada carga.

Resultaba esencial, por ejemplo que al vestirse por la mañana la camisa le fuese presentada por su dama de honor; pero si estaba presente una princesa real, la camisa debía serle ofrecida por ella, para que a su vez la entregase a la reina.

[4]​ En otra ocasión cuando María Antonieta ya era reina, en un paseo, se cayó de un caballo.

Todos sus acompañantes corrieron a comprobar si la Reina se encontraba bien, pero ella se limitó a decir: «¡Buscad a madame de Noailles para que nos diga lo que manda la etiqueta cuando se cae del caballo la reina de Francia!».

Retraro de Ana de Arpajon, condesa de Noailles