Con los años ha reunido una gran cantidad de casitas y agradecimientos por parte de los devotos que llegan hasta ese lugar.
Su origen se atribuye al asesinato de Fortuoso Soto,[1] habitante de Puerto Montt a inicios del siglo XX, que habría sido golpeado hasta la muerte cerca del año 1920.
Esto generó posteriormente una mayor atención de los visitantes del lugar, aumentando el número de recordatorios producto de los milagros que se le comenzaron a atribuir.
[3] Esto corresponde actualmente a la intersección de las calles Fortuoso (antiguamente Calle del Ánima) y Las Quemas en el barrio Bellavista de la ciudad.
[4] La Animita aparece ocasionalmente en las expresiones culturales de la región.