En ambos casos, el afuste era simple, resistente y le ofrecía a su operador una excelente área de disparo.
Quizás el último avión británico que empleó este afuste fue el prototipo anfibio del Supermarine Walrus.
A pesar de ser un aparato engañosamente sencillo, los posteriores intentos de emular al anillo Scarff como un afuste dorsal para la Vickers K a bordo del Handley Page Hampden en la Segunda Guerra Mundial fracasaron.
La vibración producida al disparar hacía que las esferas saltasen de los rodamientos, atascando el afuste.
[2] En servicio británico, el anillo Scarff fue reemplazado en la década de 1930 por torretas motorizadas especializadas, tales como las producidas por Boulton Paul Aircraft o Nash & Thompson, porque las velocidades de los aviones se habían incrementado a tal punto que una ametralladora apuntada manualmente era impráctica.