España, entonces bajo el reinado de Fernando VII, accedió a una petición del Gobierno británico para construir barracones sanitarios en la zona neutral, sin embargo, una vez pasó la epidemia, estas construcciones no fueron retiradas del istmo.Esta vez el Reino Unido no sólo instaló más barracones en una parte del territorio neutral, sino que además construyó una valla fronteriza sobre éste, anexando de facto el territorio comprendido entre tal valla y la antigua frontera del Peñón.Sensible es que en 1854 se permitiese a la guarnición de Gibraltar alojarse fuera del recinto de sus murallas, invadiendo el Terreno Neutral y usurpando el que le estaba vedado por los Tratados vigentes; pero esta condescendencia, hija únicamente de un sentimiento filantrópico, no puede de manera alguna invocarse como un asentimiento de parte de España a la ocupación permanente del Terreno llamado Neutral, por las fuerzas inglesas; y, habiendo desaparecido las circunstancias que la motivaron, es evidente que las cosas debieron volver al estado que tenían antes que una razón de humanidad autorizase a introducir en ellas las alteraciones indicadas.[7] Desde entonces, la valla es conocida en España como la Verja de Gibraltar, constituyéndose en la nueva frontera del territorio.Décadas más tarde, aprovechando que España estaba inmersa en una guerra civil, en el territorio anexionado fueron levantadas varias infraestructuras, entre ellas el aeropuerto de Gibraltar, con su pista de aterrizaje adentrándose en aguas territoriales españolas.