En ese mismo año se adentró en las técnicas de grabado y conoció a Chillida, quien sería clave en su trayectoria si bien no debió de influirle estéticamente, pues Nagel optó desde el principio por el arte figurativo en una vía opuesta a la del famoso escultor abstracto.
Con múltiples intereses y muy viajero, Nagel recorrió en esos años diversos países, incluyendo Europa del este, Turquía, el norte de África… Sus viajes a Venecia, Basilea y Kassel le pusieron en sintonía con corrientes estéticas que no accedían al entonces precario circuito artístico español.
En 1986 acude invitado por el gobierno de Irak al Baghdag International Festival of Arts junto con Manolo Valdés y otros artistas españoles.
En años posteriores expuso en medio mundo: Nueva York, Iowa, Reno, Singapur, Hong Kong, San Diego, París, Chicago, México D.F., Vancouver, Viena, Milán...
Nagel había suscrito un acuerdo con dicha empresa pero debido a discrepancias lo rescindió, y algunos de los diseños ya elaborados fueron explotados sin su consentimiento.