En ese último año presentó la renuncia aunque ya no tomaba decisiones políticas en el club.
fue fundamental para el éxito deportivo de 2002 que Ducatenzeiler obtuviera apoyo del empresario Daniel Grinbank.
En este torneo, los jugadores pertenecientes a Grinbank (Daniel Montenegro, Lucas Pusineri y Federico Domínguez) bajaron mucho su rendimiento, lo que generó que no hubiese ofertas de clubes extranjeros para comprarlos.
Ante esta realidad, el representante le informó a Ducatenzeiler que retiraría a los jugadores de su propiedad del club y que no aportaría nuevos deportistas para la temporada 2003/2004 si no le permitían tener injerencia en las decisiones deportivas de la institución.
[11] Este pedido fue denegado por el presidente y los tres futbolistas continuaron su carrera en otros equipos.
Estas situaciones, entre otros roces, ocasionaron un quiebre definitivo en la relación del dirigente y el representante.
[11] Ante este panorama, Independiente decidió vender a su mejor jugador, el zaguero central Gabriel Milito al Real Madrid español para poder reforzarse.
Se contrató de entrenador para terminar lo que restaba del Apertura a Osvaldo Sosa,[18] quien sacó apenas 9 puntos en 11 juegos.
Al finalizar el certamen Sosa fue destituido y éste criticó con dureza al presidente y a la institución, diciendo que ya no era un equipo grande de la Argentina,[19] además de que el club le debía dinero.
En 2004, el equipo volvería a disputar la Copa Libertadores de América y se contrató al histórico entrenador José Omar Pastoriza por pedido de la Comisión Directiva, ya que Ducatenzeiler prefería a César Luis Menotti.
(...) Grondona le prestó a Independiente 12 millones de dólares para que lo voten y cumplir así 25 años en el poder".
Para sumar problemas, al mes siguiente se suicida el ex árbitro Fabián Madorrán, quién había sido muy criticado por Ducatenzeiler después del partido de su equipo ante River por la Copa Sudamericana 2003, al no cobrar un clarísimo penal para Independiente.
En 2004 Ducatenzeiler le inició un juicio a la AFA y al diario Crónica por una presunta campaña de desprestigio.