Tras unos inicios poco exitosos en el campo de la pintura, hacia 1854 empezó su carrera fotográfica haciendo daguerrotipos, pero ganó gran fama cuando patentó una cámara fotográfica con una modificación que lo llevaría rápidamente a obtener una gran fortuna.
También había un taller fotográfico para positivar copias de gente conocida y comercializarlas.
Por ejemplo, el destacado fotógrafo J. Laurent, que realizaba y vendía "retratos en tarjeta".
La popular tarjeta tuvo larga vida, y solo fue desapareciendo después de 1880.
En sus retratos recurre al atrezzo para mostrar el oficio del retratado, en detrimento de su personalidad -aparece así el escritor en trance rodeado de libros y papel mientras escribe, el pintor con sus pinceles y caballete en plena tarea, el científico con sus instrumentos.
Recurre por ello a fotografiar al retratado de cuerpo entero, olvidando su rostro, para incluir todo el atrezzo.