Los andadores son estructuras rígidas circulares dentro de las cuales se introduce el bebé.
El CHIRPP es un sistema informático que recopila y analiza los datos de lesiones tratados por dieciséis hospitales en Canadá.
[8] Hoy en día, la mayoría de los especialistas (pediatras, fisioterapeutas, psicomotricistas, entre otros) desaconsejan su utilización.
Conviene prevenir a los padres del riesgo de su uso, ya que sobre el papel podrían parecer interesantes y por eso continúan en el mercado español.
En cambio, el niño -para alcanzar un normal desarrollo motor- debe pasar por etapas de las que no debemos privarle: moverse en el suelo, volteando, rastreando, gateando (lo que va fortaleciendo a la vez sus brazos y le resultará útil para tener reflejos de apoyo y amortiguar posteriores caídas); ir conquistando la verticalidad, aprendiendo primero a ponerse de rodillas apoyándose en los muebles y a ponerse de pie con apoyo; mantenerse de pie realizando un buen apoyo plantar, pasando el peso del cuerpo de la punta a los talones y aprendiendo a mover las piernas lateralmente apoyado en los muebles y manteniendo el equilibrio por sí mismo; aprender a agacharse y a pasar de esta posición al suelo flexionando cadera, rodillas y tobillos.
Varios de estos ejemplares se conservan en museos y casas históricas.