Sus alas no pueden replegarse, tienen una estructura rígida y en ángulo recto en relación con el cuerpo.
Están altamente especializadas en el arte de volar, logrando atrapar, e incluso devorar, a sus presas en pleno vuelo.
Pueden moverse hacia delante y hacia atrás en línea recta, subir o bajar en dirección vertical, girar sobre su cuerpo, detenerse, flotar y alcanzar en pocos segundos una velocidad de 200 kilómetros por hora.
Utilizando sus apéndices anales los machos sujetan a las hembras por el cuello durante la cópula.
La hembra introduce su abdomen en el agua para depositar sus huevos en los tallos sumergidos de las plantas acuáticas.