El conjunto de omatidios forman los ojos compuestos, presentes en algunos invertebrados como los hexápodos y los crustáceos.
Esta estructura permite la formación y la visión de imágenes.
[3] En los insectos cada omatidio está formado por un grupo de células alargadas.
El rabdoma recoge la luz y la transmite al cerebro por medio de un nervio óptico.
La lente corneal suele ser convexa, lo que da al ojo compuesto un aspecto facetado.