Tras Salvadori, muchos taxónomos, como Dean Amadon y Ernst Mayr, lo consideraron como una subespecie del ánade real.
[3][4] Sin embargo, no hay evidencia molecular disponible para apoyar esta hipótesis.
Los dos morfos de coloración intermedia, "platyrhynchos" y "superciliosa", se hallaban en los machos.
Los machos del tipo "superciliosa" se asemejaban al ánade cejudo con una cabeza de coloración menos marcada, la lista superciliar y mejillas de color lustroso y una banda malar (en la mejilla) apenas visible.
Dos ánades sin identificar fueron vistos en Rota en 1945,[1] pero nunca se registraron desplazamientos de A. oustaleti entre Saipán y Tinián, las cuales se sitúan apenas a 8 kilómetros de distancia entre sí,[7] por lo cual estos eran probablemente ánades migratorios errabundos, aunque Marshall (1949) sospechaba a partir de evidencia circunstancial que dicho desplazamiento había ocurrido.
El ánade de las Marianas habitaba humedales, mayormente tierra adentro pero ocasionalmente también en zonas costeras.
Estas aves declinaron debido a la desecación de los humedales para la agricultura y la construcción.
[12] En 1979, se hallaron y capturaron a dos machos y a una hembra en Saipán; uno de los machos fue más tarde liberado, siendo así el último ejemplar salvaje que haya sido encontrado.
La pareja fue llevada al área de entrenamiento de Pohakuloa en Hawái, y posteriormente al parque SeaWorld San Diego, en donde se intentó que se reprodujeran en cautividad.
Sin embargo, la iniciativa no tuvo éxito y la especie se extinguió con la muerte del último individuo en 1981.
Se llevaron a cabo búsquedas en los años siguientes, pero con seguridad la especie ya había desaparecido por completo para entonces.
[13][14] La recolección de especímenes para museos y colecciones privadas debe haber tenido un efecto temporal durante el control japonés sobre las islas.