Ella, debido a la nostalgia por su país, organizó muchas recepciones a favor de los señores chipriotas más poderosos.
Para impresionar a los visitantes, decoró los castillos, organizó festivales, y ofreció regalos a los invitados, lo que causó muchas protestas de los campesinos y nobles de la comarca de Vaud.
En 1451, a la edad de diez años, su hija, Carlota, se casó con el delfín de Francia, el futuro rey Luis XI.
Él posteriormente reclamaría la dote prometida, nuevas fortalezas, y se apoderó de varios castillos en Bresse y varias ciudades principales de Vaud.
Años más tarde, el Papa Paulo II autorizó a Yolanda de Valois para depositar la reliquia de la Sábana Santa en la bóveda del castillo de Chambéry, en la que se levantó una torre por encima de la sacristía, como símbolo religioso.