Uno en especial le llamó la atención: el Secretario de Asuntos Militares del Gobierno del entonces presidente Carlos Saúl Menem que indicó que el "accidente" había sido provocado por la defectuosa manipulación de explosivos de tres soldados cuyos nombres se indicaron que, en realidad, nunca existieron.
Sus hijas se han convertido en querellantes en reemplazo de su madre.
Dijo de Ana Gritti la periodista y ahora Senadora argentina Norma Elena Morandini: “Como una inmolación, Ana Gritti murió para que otros vivan la verdad.
Ella hizo del dolor coraje para demostrar lo que nadie quería ver: la intencionalidad de las explosiones para tapar un negociado.
La doblegó la enfermedad, pero su sacrificio se inscribe ya en la mejor tradición cordobesa de los que no negocian con la verdad”.