Por lo tanto, la importancia de estos amistosos se ha visto disminuida desde los inicios del siglo XX.
Las selecciones también juegan amistosos, generalmente como preparación a grandes torneos como la Eurocopa, la Copa América, la CAN o el Mundial.
Estos son esenciales para las selecciones, ya que, en general, tienen un tiempo mucho menor para prepararse.
[1] También suelen realizarse algunos torneos amistosos a nivel de selecciones en los que se pone en juego un trofeo, lo normal es que lo jueguen dos selecciones (como el Superclásico de las Américas disputado entre Argentina y Brasil), aunque también algunos torneos lo pueden jugar tres o más selecciones (como la Copa del Atlántico disputada entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Los amistosos internacionales ofrecen a los directivos, la oportunidad de experimentar con los jugadores y la táctica a utilizar en cada torneo, y también les permiten evaluar las aptitudes de los jugadores que potencialmente podrían elegir para el equipo que disputará cada torneo.
Desde 2004, la FIFA decidió que la sustitución por equipos se limitarán a seis por partido en los amistosos internacionales, en respuesta a las críticas de que tales encuentros eran cada vez más una farsa con los administradores de hacer hasta 11 sustituciones por partido.