Desde 2005 radica en México donde se dedica a la producción fotográfica con la que ha realizado exposiciones individuales de su obra personal en Alemania, Francia y México.
Desde los seis practicó la fotografía debido en parte al hecho de que durante gran parte de su infancia transcurrió en soledad: vivió sus primeros años en las montañas nevadas de El Jura, rodeada de una exuberancia natural, y para asistir a la escuela debía trasladarse en teleférico (sola, en una pequeña cabina).
[1] La obra fotográfica de Amanda está constituida por imágenes realizadas sobre superficies reflectantes (charcos de agua, vitrinas, muros de vidrio, estructuras metálicas arquitectónicas) con las que ha elaborado temáticas en torno a la percepción de la alteridad y sutiles referencias a la transitoriedad definitoria de los espacios[1] y a los no lugares, como los definió Marc Augé: Su obra también refleja una orientación pictorialista, en especial en las series Superficies Extrañas/Metal y Superficies Extrañas/Piedras, (ejemplo de ello son las imágenes tituladas Met-27, Met-32, N-2953, N-261, Glaucus, etc.) con las que se ha enfocado a la creación fotográfica interpretativa que, en su aspecto más libre, renuncia a la mera reproducción de la realidad.
Lo hace desmaterializando el objeto y transformando su visión en algo tan abstracto que se convierte simplemente en un elemento formal.
La obra de Amanda Bouchenoire ha sido exhibida en diversas exposiciones individuales, en museos y galerías de Alemania, Francia y México, entre ellas: