Posteriormente, cabe destacar la creación y fundación de la Fundación Griega "Alexander Fleming" para la Investigación Biológica Básica, transformada más tarde en el Centro "Alexander Fleming" para la investigación de las Ciencias Biomédicas.
Este movimiento, llevado a cabo por los llamados Jóvenes Turcos en la primera década del siglo XX, era liderado por Enver Pachá.
En 1908 dirigió el golpe de Constantinopla, en el que los Jóvenes Turcos subirían al poder.
Más tarde, con el cargo de "Jefe del Estado Mayor" presionaría al gobierno para que Turquía se uniera a su amada Alemania durante la Gran Guerra.
[2] Amalia creció en Atenas (Grecia), pues su familia había perdido su casa y el laboratorio donde trabajaba su padre.
Tiempo más tarde, se casó con el que fuera su primer marido fue el arquitecto griego Manoli Vourekis.
Amalia y su marido, al igual que muchos patriotas griegos, trabajaron para la resistencia durante esta época, poniéndose claramente en riesgo sus vidas.
[5] Décadas más tarde, al ser entrevistada y preguntada sobre esta época, se emociona especialmente cuando habla del reconocimiento oficial que se le dio a la resistencia nacionalista durante la ocupación alemana.
Al parecer, decidió seguir con su vida activista y profesional, sin aprovecharse en ningún momento de ser la viuda de un hombre tan importante para la medicina y el mundo.
Amalia, gravemente afectada por esta situación, se dedicó a ejercer una lucha muy activa contra la dictadura.
El doctor fue una persona muy respetada en Grecia, y capturar a Amalia sería perjudicar la imagen del régimen hacia la opinión pública.
Amalia seguía desarrollando labores que desafiaban al régimen dictatorial establecido, y este cada vez tenía más interés en frenar la labor de ella.Tras testificar fuertemente como defensa en el juicio contra treinta y cuatro intelectuales que estaban en contra del régimen, su pasaporte fue revocado.
Pero protestas a nivel mundial hicieron al régimen reconsiderar esta revocación, y en dos días su pasaporte había sido restaurado.
Sobre el final del año 1970, cerca de 200 actitvistas en contra del régimen fueron arrestados por meses sin opción a juicio, el motivo era que estaban relacionados con las actividades de Amalia Fleming, una mujer que, sin utilizar ningún tipo de violencia, infundía mucho miedo al estado.
La dictadura ya tenía un cargo de mayor peso con el que poder encerrarla en prisión.
Por esto último, se negó a aceptar dicha oferta, prefería cumplir la condena y seguir siendo griega.
Esto hizo que la pena fuera anulada y Amalia pudiera volver a su hogar.
[8] Cuando la dictadura se derrumbó finalmente en 1974, Amalia prosiguió con sus labores en favor de la democracia.
Junto con otras dos mujeres, Helen Vlachos y Melina Mercour, había comenzado en 1970 una campaña publicitaria contra los coroneles, una troika demostró ser más que un partido contra los coroneles.
Había mucha seguridad, y ella no veía la forma de poder comunicarse con su camarada para desmentir esas informaciones, pero la encontró.
Así que me las arreglé para hacérsela llegar al centro de interrogatorio.