Ahí, en un edificio conocido como la “Cámara Secreta” (MilSil), Cho fue iniciado por Hong Eup-Bi, una mujer miembro del Árbol de Olivo que era considerada como una chamán.
[4] En pocos años, el Altar de la Victoria reunió cerca de 400,000 seguidores, la mayoría en Corea del Sur, pero con ramas en Japón, Australia, Nueva Zelanda, los Estados Unidos y el Reino Unido.
Un primer grupo de profetas incluye a Noé, Abraham, Isaac, Jacob y Dan (patriarca).
[11] Corea alojó al segundo grupo de profetas, incluido el fundador del Árbol de Olivo, Park Tae-Seon, y la mujer que inició a Cho, Hong Eup-Bi, y al mismo Cho, así como a los fundadores de otras dos nuevas religiones coreanas, Choe Je-u del Donghak y Gang Il-sun del Jeungsanismo.
Aunque tuvo que deponer (o más bien, transformar) su cuerpo debido a la malicia de sus oponentes, el movimiento cree que el aún está físicamente presente y guía los servicios religiosos del Altar de la Victoria, donde su imagen es proyectada mediante videos.
[16] La mayor promesa de Cho, sin embargo, es que al menos algunos humanos puedan recuperar la inmortalidad física.
Solamente aquellos que practican completamente la “Ley de Libertad”, al sobreponerse a su ego e identificar a los demás seres humanos como uno, algún día lograrán limpiar su sangre del legado de Satán y volverse físicamente inmortales.
[17] A medida que los miembros más antiguos envejecen y mueren, insistir en la inmortalidad física se torna difícil, hecho que ha surgido como otra explicación al decline del movimiento.
[1] Muchos, sin embargo, aún mantienen la esperanza y proclaman que al menos algunos de ellos nunca morirán.